El paradigma y el poder (IV)



La agrupación de seres por características resulta inevitable dada la dimensión inasible del ser mas allá del hecho de que se hayan estudiado los mecanismos de acción y reacción del ser humano de manera aislada y agrupados en conglomerados sociales siendo la conclusión generalizada de que son impredecibles y en el caso del crítico proponer el cambio en las relaciones establecidas como única manera de resolver las contradicciones inherentes al sistema. Lo cierto es que estos paradigmas no nacen espontáneamente, son producto de años de reflexiones de calificados profesionales al servicio de la investigación, la investigación es fundamental para la búsqueda de la verdad que es el objetivo de toda ciencia y que los profesionales deben asumir.
Según Lanz (2005): “Si paradigmas son los supuestos con los cuales pensamos, hablamos y nos comunicamos; si el lenguaje mismo ya es un supuesto, entonces, obviamente no se puede ni vivir, ni pensar sin paradigmas.”. El mismo lenguaje es una creación humana, una convención que todos tomamos como propia por ser la manera como los sujetos en tanto pensantes según la relación cartesiana lo utiliza como herramienta para comunicarnos con el mundo y ha pasado por un proceso evolutivo desde la oralidad que no requiere de ningún instrumento para su expresión, hasta la  escritura pensando en lo elemental para la  misma, es un paradigma.
Todo el proceso de construcción del conocimiento desde distintas dimensiones nos conduce a la existencia de un paradigma mas articulado en unos que en otros. La existencia de principios y la aplicación de los mismos a los aspectos de la vida resulta un paradigma y que deben estar en permanente cambio partiendo de las dudas razonables que puedan generarse en el  transcurso del tiempo, esas dudas razonables ponen en crisis a los paradigmas y la velocidad de los cambios del mundo actual requieren entonces de otros o de la reformulación de los existentes. El mundo ha pasado de ser menos racional y mas emocional;  los discursos, los mensajes emitidos así lo manifiestan.
Ese ocaso de la razón nos lleva entonces a engavetar aquellos paradigmas que están relacionados con ella, sin embargo las cantidades, los números forman parte de la vida, las relaciones “matematizables” o compuestas por variables a partir de la cuales construir un modelo estadístico siguen existiendo y ahora mas que nunca cuando el desarrollo de la ciencia resulta mayor. Los números forman parte de la cotidianidad hasta el punto que muchos deportes seguidos por audiencias conformadas por miles de millones de personas prestan especial atención al particular básicamente para medir el rendimiento de los atletas, establecer comparaciones y jugar al manager del equipo de béisbol o a ser directores técnicos de equipos de fútbol y baloncesto entre amigos en foros espontáneos en muros o líneas de tiempo de redes sociales, preocupa la inflación, el nivel de actividad económica, el desempleo, los jóvenes que no pueden acceder al sistema de educación por diversas razones, el porcentaje de adolescentes embarazadas, el precio de los boletos aéreos, la temperatura ambiente, los indicadores pluviométricos, los metros que el mar le ha quitado a la tierra, el deshielo de los círculos polares y como se proyecta en los próximos años, la distancia que debe nadar un oso polar en busca de hielo sólido donde asentarse antes de caer agotado en las fauces de un depredador marino, el peso de una persona, las medidas de una participante de un concurso de belleza.
Podemos seguir agregando variables de interés general que se manifiestan en números, en guarismos, en cifras, que muchas de ellas debidamente ordenadas se convierten en información que procesada por el sentido común o por personas con la formación suficiente que terminan concluyendo que la realidad circundante está muy lejos de ser la ideal y buscan un responsable de ello, pues la inquietud de todo ser humano es sentir que el mundo es un espacio donde se puede vivir, soñar, coexistir en armonía con el ambiente y en sociedad. Existen personas interesadas en que ese proceso de razonamiento no ocurra, no han sido pocos los intentos de modificar las metodologías que buscan medir estos aspectos arriba enumerados entre otros que existen siendo los resultados los mismos por no tener mayor relevancia e impacto en la cifra final pues la realidad suele rebasar la creación humana y el mas concienzudo análisis de situación. Lanz (2007) afirma:

La vieja imagen de paradigmas enfrentados (el marxismo enfrentaba al positivismo, el estructuralismo enfrentaba al funcionalismo) ya no se sostiene. Estos son micro enfrentamientos, guerras secundarias, en comparación con la idea de que el gran paradigma de la ciencia occidental es el que ha entrado en crisis, el que ha colapsado, el que ha hecho aguas.

 Para Lanz, la crisis es la de los paradigmas ya incapaces de explicar la realidad y afirma que los mismos están en crisis, entonces cabe preguntar: ¿Están en crisis los paradigmas o la(s) realidad(es) que funge(n) como objeto(s) de estudio(s)? por lo tanto la escuela misma como escenario donde se muestran conocimientos está incluída en el contexto  lo cual constituye una buena noticia porque surge la necesidad de la renovación y de nuevas herramientas para el abordaje del problema, la utilización de los ya existentes con fines de renovación o la creación de otros que ayuden en la causa que a todos mueve. Meza (2013):

… lo importante de analizar estas disputas tiene que ver con dos cuestiones fundamentales: por una parte, porque en parte de estas disputas se ha objetado que el conocimiento generado por alguno de los enfoques carece de valor científico y en tales argumentaciones los métodos cualitativos han llevado la peor parte. Por otra, porque si existen argumentos sólidos para considerar que la disputa no tiene sentido, nos podemos perder la oportunidad de enriquecer los procesos de investigación al privarnos de ciertas opciones metodológicas.

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