El fracaso del modelo
Modelo de comportamiento monopólico con discriminación de precios |
Por modelo entendemos la
representación simplificada de la realidad. El modelo parte de la necesidad de
la ciencia de acotar un fenómeno de naturaleza multivariable en las distintas
partes que lo componen con el fin conseguir aquellas que tienen mayor grado de
influencia y explicarlo para influir sobre el. Para algunos, se influye a
través de incentivos que motiven la conducta deseada en beneficio de la
mayoría, para otros mediante órdenes que obliguen a actuar en función de un
objetivo que no necesariamente mejora la situación de una sociedad. Las
empresas de distinta índole utilizan modelos en las piezas publicitarias que
forman parte de una estrategia para el abordaje del mercado específico que
atienden; pueden ser personajes que el público objetivo al que va dirigida la
misma representen éxito y prosperidad, personajes con tallas irreales,
difíciles de conseguir en los lugares públicos pero que muchos convienen que
son el prototipo del ideal de belleza a alcanzar. Habría que analizar que es lo
que se considera exitoso, sin embargo, no pocos aluden a la posesión de medios
de fortuna y acceso fácil a los medios. En los modelos de belleza, resaltar las
diferencias entre la celebridad alta, muy delgada, de medidas “perfectas”, de rostro
poco común por lo armonioso de sus formas y el personaje que trabaja de lunes a
viernes, que siempre está apurado, que la quincena le dura unas pocas horas,
que lucha emocionalmente (Físicamente ya se rindió) contra el sobrepeso y que
sin duda desea vivir en una casa mas grande, mejor equipada y vestirse como esa
celebridad. Nunca será como el modelo, no tiene sus medidas pero si la
posibilidad de comprar una ropa parecida a la de la poseedora del físico ideal.
Se asume como imperfecto pero vistiéndola se acerca un poco a los Dioses hasta
el punto de creer tomar el ícor (sic) que ellos disfrutan sin envenenarse. En
no pocas ocasiones se habla del fracaso de modelo, el colapso de modelo, la
inviabilidad del modelo. El modelo supone un automatismo, un conjunto de hechos
que suceden sistemáticamente y del cual se puede esperar un comportamiento
predecible, el marasmo que vive la sociedad venezolana se le atribuye al
“fracaso del modelo” pero; ¿Hay realmente un modelo?.
Suele hablarse del modelo
económico neoliberal, asociado a la necesidad de orientar al país a la
producción de bienes con fines de exportación, es decir, una economía de
orientación externa con predominio de la iniciativa privada. Se alude al
keynesiano, en el que el crecimiento económico debe estar basado en la
fortaleza de la demanda interna con el Estado utilizando de manera generosa el
gasto público como herramienta para mejorar las expectativas de los agentes
económicos privados. La literatura económica contemporánea plantea la existencia
del modelo de planificación centralizada, en el cual el Estado asume la
propiedad de los medios de producción, establece los objetivos a alcanzar y
sustituye a los agentes económicos con la intención de eliminar al mercado como
la abstracción que emite señales para la toma de decisiones. Los resultados son
harto conocidos, mas la cultura de izquierda en su afán de ocultar las
tropelías y justificar la expropiación del derecho de los ciudadanos de las
próximas generaciones a una vida mejor ven la poesía en los esfuerzos de un
ciudadano en Varsovia en los años 80 de conseguir la pintura del color que
desea para remodelar la fachada de su casa pues, la poca que consigue es de un
color que no es de su preferencia, las largas colas para conseguir pan en Moscú
mientras el ácido sulfúrico rebosaba en los tanques de las fábricas hasta el
punto de tener que botarlo por no tener suficiente lugar donde
almacenarlo, los edificios disfuncionales gigantescos construídos en
Bucarest que constituyen una ofensa a la estética donde las personas viven con
temor pues saben que se hicieron con materiales y técnicas de construcción de
dudosa calidad, simplemente porqué a los planificadores centrales de Polonia o
la URSS se les ocurrió que no era necesario producir pintura o pan porque lo
importante era aumentar la producción de bienes de capital o los de Rumanía
recibieron una llamada porqué el megalómano Secretario General del Partido
Comunista quería ver un edificio gigantesco en el horizonte de su oficina en el
Palacio de Gobierno. En Venezuela se habla del fracaso del modelo del
socialismo del siglo XXI, tal modelo apenas llega a los infructuosos intentos
por conseguir información para implementar el último de los mencionados, no hay
tablas de insumo-producto, ni modelos de programación lineal, solo la
convicción de una eminencia gris que fungió como Ministro de Planificación de sus
ventajas. Difícilmente se pueda insertar en ninguno de los descritos
brevemente, solo se puede hablar del afán de permanecer en el poder para que mas
nadie pueda ejercerlo sin importar los resultados en la vida de la gente. El
poder puro, simple y duro como una táctica para subyugar a una sociedad. Fuera
de esa posibilidad no se puede prever el comportamiento de los usurpadores pues
en lo económico suelen decidir en contra de lo que el sentido común, el clamor
de la sociedad demanda; en lo político se han convertido en el operador de aquella despiadada máquina medieval de
tortura llamada el potro que estira el cuerpo de esa sociedad hasta conseguir
rendirla por el dolor que ocasiona tener todas sus articulaciones dislocadas.
Comentarios
Publicar un comentario