Gobiernos socialmente responsables

Ya es un lugar común hablar de la teoría básica de la comunicación, aquella que habla de la existencia de un emisor que transmite un mensaje con destinatario o no que utiliza un medio determinado seleccionado según el público al que se quiera llegarle, público que a su vez decodifica el mensaje, lo interpreta actuando en consecuencia. Esta reacción se traduce en una acción que puede ser o no la que el emisor desee. En principio, ésta teoría primigenia tenga mas sentido para aquellas organizaciones cuyo objetivo sea la de comercializar un producto con el propósito de obtener beneficios económicos permanentes y crecientes en el tiempo y creando valor para ésta, sin embargo es aplicable a cualquier organización con objetivos claros y definidos particularmente a la organización que refleja los principios de una sociedad, una organización en la que se delega la actuación para alcanzar metas trascendentales que reflejan su sentir mediante el voto como lo es el Estado.

Para el alcance de esos fines se requiere la utilización de una serie de herramientas presentes en la modernidad capaces de hacerle llegar un mensaje a millones de personas en cuestión de segundos, en un mundo donde la competencia para captar la atención del público objetivo que lee una valla publicitaria en la autopista, al mismo tiempo que escucha un programa radial que es patrocinado por una empresa, le entra un mensaje al celular donde un organismo público le recuerda derechos y deberes como ciudadano, piensa en el partido de fútbol que llegará a ver una vez esté en su hogar o en un lugar público acompañado de amigos. Muchos medios, muchos mensajes, muchas decisiones que tomar para un ciudadano que tiene interés en temas superiores que resultan trascendentales porque afectan su cotidianidad, su calidad de vida y por ello ejercer labor contralora acerca del desempeño del Estado en la ejecución de políticas públicas por parte de una burocracia que está en la obligación de informar el alcance de éstas, pero no solo de manera interesada en obtener réditos políticos que acentúen la preferencia del electorado en unos comicios por venir, sino que además sea transparente y esté acompañado de acciones que vayan en armonía con el mensaje de tal manera que ese ciudadano hipercomunicado sienta que la acción de un gobierno que trabaja en función del bien común y para el aumento del valor social. Por ello, es necesario que la institucionalidad establezca políticas que aumenten la confianza de la ciudadanía y que en caso de presentarse eventualidad propias de la vida de un ser (al fin y al cabo, eso somos seres) informar adecuadamente con la verdad por un vocero calificado y único en quién se delegue esa responsabilidad, así como las nuevas informaciones que vayan surgiendo del desarrollo de lor acontecimientos, hacer otra cosa es propiciar el caldo de cultivo para que prospere el rumor y la desinformación lo cual destruye valor social al disminuir la confianza en las instituciones que es lo que permite la convivencia social y cuya ausencia deriva en la anomia social.

En paralelo, hay medios de comunicación que pretenden reflejar el sentir de la opinión pública y que deben ser libres conforme a un derecho humano fundamental como lo es el de la libre expresión sobre los que el ciudadano toma la decisión definitiva al escuchar lo que desee de acuerdo a sus intereses personales, leer lo que le parezca al sacar el dinero para su bolsillo para optar por uno u otro y ver el programa de su preferencia decidiendo con su control remoto a cual prestarle mas atención, mientras otros ciudadanos oigan, lean y vean otros programas sin que éste emita juicio alguno sobre lo que ve el otro debido a que ambos fueron libres de escoger en una sociedad con reglas iguales para todos administrados por instituciones independientes, lo contrario sería el deseo del Gran Hermano vigilante que toma la decisión definitiva acerca de lo que puede ver la gente lo cual es el punto de partida para la entronización del autoritarismo, el fin del libre albedrío con el cual nacemos y de la creatividad que hace posible que las sociedades evolucionen

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