Donde estás, James Buchanan?

El mundo vió por TV como eufóricos alemanes derrumbaban el Muro de Berlín, muchos pensaron era fin de los “ismos”, de la Guerra Fría, aquella que sus promotores tuvieron la habilidad para mandar a terceros a disputar por ellos salvo en Vietnam y Afganistán países que resultaron los respectivos Waterloo para las denominadas superpotencias nucleares, muchos pensaron que la historia nos había dado una lección, muchos pensaron que un lado de la biblioteca había sido lanzado a la hoguera de realidades, sin embargo, años después volvió la guerra fría ahora con un tinte menos ideológico; desapareció la Unión Soviética y en Rusia el autoritarismo quedó intacto y expresado en una suerte de validación electoral de la jefatura de Estado, en un intercambio entre Jefe de Gobierno y Jefe de Estado, formando parte del paisaje la protesta de la oposición acerca de las manipulaciones y opacidad del proceso electoral cuyo resulta le vuelve a ser desfavorable. Rusia se ha vuelto a ser un opositor feroz a los Estados Unidos y su alianza de países occidentales, se puede predecir el resultado de las deliberaciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sin temor a equivocarse donde los de siempre se oponen a cualquier intervención en los países sospechosos habituales de someter a sus sociedades mediante mecanismos brutales de represión. En los Estados Unidos continúa la democracia pero ahora aderezada por Barack Obama, primer Presidente afro-americano de la historia quién le ha puesto algo de color a la política de ese país teniendo como oposición a un Partido Republicano que se aleja cada vez mas del centro, en ciertos países árabes la sociedad civil se ha declarado en rebeldía ante unas autoridades opresoras y corruptas que lejos de buscar mecanismos para que disminuya la presión volviendo la vida a la normalidad sacan el vil garrote con la intención de negar la justa aspiración de democracia, libertad y oportunidades. En Venezuela, los ciudadanos que se oponen al régimen imperante eligieron al candidato presidencial que buscar impedir una nueva reelección de Hugo Chávez, dicho candidato derrotó de manera contundente a otros, uno que se apreciaba como un político joven, con un liderazgo consolidado solo en el estado donde ejerce el cargo de Gobernador y vinculado al status quo previo a la llegada de la “Revolución Bolivariana” y a otros tres con imagen de radicales. Los opositores venezolanos hicieron válida la teoría de la Elección Pública que busca predecir el comportamiento electoral desde la perspectiva de la racionalidad económica con conceptos asociados a los incentivos y a la maximización de los beneficios.

Dicha teoría desarrollada por el Premio Nobel de Economía James Buchanan con destacada participación de su paisano Gordon Tullock, parte del hecho que en las sociedades que escogen a sus gobiernos mediante elecciones conforman un mercado electoral en el que intervienen 3 factores de interés: Políticos, electores y burócratas. Los políticos buscan alcanzar el poder y mantenerse el mayor tiempo posible que la legalidad le permita, los electores están interesados en que se resuelvan los problemas que ellos consideran mas apremiantes y los burócratas igual que los políticos quieren permanecer en el poder el mayor tiempo posible (Sus carreras usualmente exceden de largo los períodos de gobierno establecidos en las leyes), ganar influencia y manejar presupuestos cada vez mayores, extrapolando a la explicación de la teoría básica del funcionamiento de los mercados, los políticos serían como los empresarios que ofrecen bienes y servicios, los electores los consumidores de éstos bienes y servicios ofrecidos ambos en un marco legal que es administrado por los burócratas. Los políticos igual que los empresarios detectan oportunidades en el mercado electoral, éstas oportunidades son expresadas en un programa de gobierno a suerte de menú de opciones que los electores sienten como propio al reflejar sus aspiraciones de cómo debe funcionar una sociedad y mediante el voto terminan “comprando” las ideas que terminan siendo aplicadas por el equipo de burócratas al servicio de la superestructura legal. En términos ideológicos, los electores se agrupan gráficamente en forma de campana en los extremos de la campana se ubican las posiciones extremas de aquellos que de un lado, quieren mas estado y menos mercado y del otro lado aquellos que quieren menos estado y mas mercado, estos grupos extremos representan una proporción menor del electorado, eventualmente tienen escasa representación en los órganos de representación popular pero con posibilidades de obtener cargos de responsabilidad superiores a la cantidad de votos obtenidos en el caso que algún partido grande necesita de su participación para alcanzar la mayoría necesaria para formar un gobierno de coalición, en medio de los extremos, en la parte gruesa de la campanas se ubican los electores que prefieren la moderación política , esa la razón del porque en un país tan polarizado políticamente como Venezuela termine ganando el banderín presidencial opositor un candidato moderado, asi como se explican que los partidos que regularmente ganan elecciones se definen como de centro-derecha o centro-izquierda con matices liberales o socialistas, sin embargo existen otros de profunda tradición democrática como los Estados Unidos que rompen las teorías de Buchanan y Tullock donde los Republicanos tratan de escoger al candidato que se opondrá a Barack Obama siendo las opciones,un candidato como Rick Perry Gobernador de Texas conocido por su firme posición frente al déficit fiscal tratando de eliminarlo cerrando escuelas y bibliotecas públicas o Rick Santorum busca simpatías en el Estado Libre y Asociado de Puerto Rico de una curiosa manera: Sugiriéndoles a los borinqueños adoptar el inglés como idioma oficial si querían con el estado número 51 de la Unión Americana o Milt Ronmey quién se opone al matrimonio entre homosexuales. Esta preferencia por las posiciones extremas del electorado republicano preocupa porque parece ser creciente y tal vez algún día alcancen el poder situación que no representaría mayor problema en un país latinoamericano debido a que ninguno de sus Jefes de Estado tienen la posibilidad de apretar un botón para acabar con buena parte del mundo. Los liderazgos de fé se distinguen por no admitir como cierta cualquier postura contraria a la interpretación del libro sagrado y quién monopoliza la interpretación se convierte en El Mesías. El liderazgo republicano así como el venezolano y el de los países donde existen gobiernos autoritarios da la impresión que se basa mas en la fé que en la razón, el fanatismo religioso conduce a pensar a quién lo encarna creerse instrumento de la ira de Dios y el mesianismo asociado a su vez crea el estado de opinión generalizado de que no es posible la vida sin su presencia, que su desaparición física o política significa el fin de los días. Vienen días muy duros en la lucha por la libertad y la tolerancia.

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