Emeterio Gómez // Un editorial de SIC

No hay ninguna ley científica que garantice la transformación del Capitalismo en Comunismo
A veces, al intentar una gracia nos sale una morisqueta. En mi artículo anterior, por un desmedido afán de no agredir a la Revista SIC, no la mencioné explícitamente al criticar su editorial del N° 722, de marzo del 2010. Con mucha ponderación y respeto por SIC, alguien me hizo ver el error: "lo que denuncias en tu artículo es tan grave, ese apego a la teoría marxista del valor-trabajo, es tan anacrónico e infantil, que fue absurdo no identificar la fuente. Pero en ese editorial hay cosas mucho más graves aún, defensas del marxismo ¡y del chavismo! más pueriles que la Teoría del Valor. Y en una situación tan terrible como la que vive Venezuela, ante una locura tan dramática como ésta, el lenguaje blandengue y ambiguo que usaste fue sencillamente irresponsable".
Y tiene toda la razón: la teoría marxista del valor no es lo más endeble de ese editorial. Veamos esta otra perla: "Chávez... no comprendió nada del aporte específico de Marx, que consiste en asentar que el 'socialismo científico' sólo puede construirse como una etapa superior sobre las realizaciones del capitalismo... ". ¡No hay ningún "socialismo científico", señor! Esa creencia boba de que al capitalismo tenía que sucederlo forzosamente el comunismo, esa presunta Ciencia de la Historia, es ciertamente una tontería mucho mayor que la teoría marxista del valor. Es de un materialismo estúpido el creer que "el desarrollo de las fuerzas productivas determina las relaciones sociales de producción".
Marx no llegó a intuir siquiera que el verdadero problema no era la lucha de clases ¡sino la confrontación entre individuos! las profundas desigualdades entre los seres humanos: Aún si se eliminase de raíz la propiedad privada, si las relaciones entre los hombres y mujeres se rigiesen por la más absoluta solidaridad -¡y el amor al prójimo!- aun entonces subsistiría el crucial problema de cómo remunerar trabajos que tienen productividades marginales muy distintas. Y no sólo, ni mucho menos en cuanto a las habilidades y capacidades materiales, sino en cuanto a sus inteligencias, creatividades e imaginación. Los más inteligentes o creativos tendrán forzosamente que ganar más... acumular más... y hacerse más ricos. Ese es el verdadero problema, señor: ¿cómo hará el "Socialismo Científico" para imponerle la igualdad a seres que en sus talentos y capacidades de liderazgo y de asumir riesgos son radicalmente disímiles?
Pero falta aún lo peor del Editorial, la defensa más pueril del marxismo: "Lamentablemente el Presidente no ha demostrado ninguna capacidad para plantear una política económica... que aumente la productividad y la capacitación de los trabajadores, disminuyendo progresivamente la expropiación del fruto de su trabajo"; es decir, de la plusvalía. Porque si, como se le exige, Chávez indujese un aumento en la productividad y la capacitación de los obreros, una de dos: o hay de verdad leyes científicas que impondrían necesaria y pacíficamente la transformación del Capitalismo en Comunismo, sin necesidad de expropiar o saquear a nadie; o será necesaria una Dictadura del Proletariado que expropie a los capitalistas. Justo lo que está haciendo Chávez, respetado editorialista, ¡sin dejar de ser rigurosamente marxista! Porque la tesis de la violencia revolucionaria, la necesidad de usar el saqueo para acabar con el capitalismo, no es como se cree original de Lenin, la plantea Marx, ya viejo, en la Crítica del Programa de Gotha, cuando descubre -aterrorizado, me imagino- que no hay ninguna ley científica que garantice la transformación del Capitalismo en Comunismo.

Comentarios

  1. Un artículo del maestro Emeterio Gómez, publicado el domingo 28 de marzo en El Universal

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