Crónica de un Golpe de Estado

España es como todos, un país peculiar. Tiene una historia rica en incidentes y de complejos. Carga sobre sus hombros una pesada historia, que podría resumirse en 4 grandes eventos de mayor o menor duración. La invasión y dominación mora, la conquista de América, la guerra civil y el advenimiento de la democracia. El tercer evento histórico tal vez el mas corto y traumático de todos, sobre el que se han escrito infinidad de poemas, novelas, canciones, cuadros, películas, obras de teatro en fin cuantas expresiones artísticas puedan salir de la delirante mente de los seres humanos. Da la impresión que España es un país apasionado, dado a los extremismos al contrario de aquel vecino silente y descomplicado como Portugal entre el mar y ésta, que produce el mejor vino inglés, con que durante varios siglos dominó un territorio extensísimo de América por una decisión ejecutiva del Papa de entonces Alejandro VI y que entregó por una decisión igual de ejecutiva luego de utilizarlo como refugio de su Casa Real ante la invasión napoleónica y que luego de ello cayó en una dictadura encabezada por un civil como Antonio de Oliveira Salazar, pero no como resultado de una cruenta guerra civil como fue el caso de España (tal vez historias similares pero en distinto orden o intensidad) hasta llegar Francisco Franco quién luego de 40 años de férreo dominio sobre la dictadura con la excusa de poner a raya a las pretensiones totalitarias del comunismo muere en cama propia y por medios naturales cosa rara en los dictadores, luego de lo cual se puso en marcha un plan de transición que incluía la restauración de la Monarquía y la convivencia de ésta con una democracia parlamentaria. De hecho la principales figuras del régimen recién avenido como Manuel Fraga y Adolfo Suárez salieron del mismo gobierno de Franco. En principio, el primer y hasta ahora único Rey que han conocido los españoles desde 1975 le encomendó la tarea al Director de la Televisión Española franquista durante muchos años Adolfo Suarez la conformación de un nuevo gobierno y la realización de elecciones mediante voto libre, directo y secreto tras lo cual se sentaron las bases institucionales a partir de las cuales se soltaran las amarras de una sociedad española congelada por el miedo, empezó el crecimiento económico sostenido basado en la libre iniciativa individual promovida por el Estado y una súbita modernización institucional con el objetivo de alcanzar a sus vecinos europeos y adaptarse a la realidad de un proceso de integración no con sus vecinos sino con sus socios comunitarios.
En medio de éste proceso ocurrió un curiosísimo incidente del que la opinión pública de entonces vió sólo la superficie, como lo fue la toma de la Asamblea Nacional española en medio de la sesión de investidura de Leopoldo Calvo-Sotelo como nuevo Jefe de Gobierno luego de la renuncia de Suárez por un Teniente Coronel que ya había participado como brazo ejecutor en algún intento de Golpe de Estado anterior. Conservador y católico militante, el Teniente Coronel Antonio Tejero no concebía una España sin la mano dura de Franco y la posibilidad del regreso de los comunistas en medio de un gobierno democrático a pesar que el principal representante de ese movimiento político formaba parte del denominado Eurocomunismo al renunciar a las armas como medio de obtener el poder y su apego a la institucionalidad constitucional. Para Tejero esto no era posible, pero para los superiores dentro de la cadena de mando del Ejército era secundario pues lo importante era tener la posibilidad de llegar al poder mediante un denominado Golpe Blando que fuera aprobado por el Rey luego de lo cual se conformaría un gobierno de amplitud nacional con la participación de todos los partidos que hacían vida en el país, Tejero no sabía de éstas intenciones por lo que al enterarse siguió actuando por propia cuenta. Este gobierno se justificaba por la disminución de la credibilidad, agotamiento propio de períodos de tiempo prolongados en el ejercicio del poder y la consecuente renuncia del Jefe de Gobierno quién en su empeño por construir una democracia tolerante legalizó el Partido Comunista y éste se aprestaba a participar en el primer acto de voluntad popular disponible. La confluencia de éstos 2 factores desencadenaron la intención de acabar con la naciente democracia. En un libro escrito por Javier Cercas llamado Anatomía de un Instante se describe a partir de una fotografía tomada en medio de la intentona todas las implicaciones e implicados en el hecho, paradójicamente la amenaza encarnada en Santiago Carrillo y la decadencia de la figura de Adolfo Suárez como Jefe de Gobierno fueron suficientes para hacer frente a la intentona, además de la falta de apoyo del Rey que a decir el autor del libro mencionado esperaban los conjurados y que significaría el triunfo de la osadía de éstos. Antonio Tejero fue apresado, juzgado y condenado a 30 años de cárcel de los cuales cumplió la mitad de ellos siendo el último de los actores del 23F en salir de prisión. Al año siguiente del hecho lanzó un movimiento político desde la cárcel presentándose para las elecciones generales de 1982 obteniendo poco mas de 28 mil votos en toda España, es decir que su propuesta no tenía el apoyo de la sociedad española. Ese instante se convirtió para Tejero en 15 largos años de prisión saliendo barato como se dice coloquialmente pues la pena era por el doble de tiempo y mas allá del tiempo se manifestó la legítima representación de la sociedad española encarnada en sus instituciones de castigar semejante deslealtad, aparte se le permitió participar en política, ya el electorado terminó de castigar su audacia al obtener una votación estadísticamente insignificante en medio de un proceso electoral en el que independientemente de la validez de sus postulados reñidos con los principios democráticos le permitió lo que el pretendía negarle a aquellos movimientos políticos de izquierda y sometido a una forma de morir de manera anticipada como lo es el olvido